INTRODUCCIÓN
San Lucas 6:37-45
No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.
Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
Y les decía una parábola: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?
El discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro.
¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano.
No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto.
Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas.
El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.
Hace muchos años leí una frase tan sencilla y cierta que no puedo menos que compartila:
“El que chismea contigo, chismeará de ti”
Jesus dice:
No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.
DESARROLLO
Nuestras alarmas internas deberían activarse cuando alguien a quien no conoces demasiado como para tener confianza, ni para tener extensas conversaciones; de repente comienza a comentar sobre los errores, malas decisiones, o decires de otro conocido. Por supuesto, que todo comenzará sutilmente, pero cuando te quieras dar cuenta, ya sepultaste en barro al pobre conocido. No porque lo hayas hecho tu, sino porque asentiste al escuchar.
Recuerdo otra frase que, si no me equivoco, era del mismo libro, que rezaba:
“el que arroja barro pierde terreno”
Refiriéndose a esto mismo que venimos hablando.
El discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro.
Saquemos esto del ámbito de la iglesia (pastores, lideres, etc.) solo para que nadie se sienta tocado. Pero en su trabajo ¿nunca nadie habló mal del jefe?, no se preocupe, se perfectamente la respuesta. En cada lugar que trabajo o trabajé, siempre el jefe es motivo de críticas de todo tipo, y lo se bien ya que muchas veces me tocó ser a mi ser el afectado.
Los jefes, como cualquier persona, tienen muchos errores, algunos incluso pueden llegar a lastimar a los que están bajo su mando. Pero los que hablan mal del jefe ¿alguna vez lo enfrentaron y les plantearon con respeto sus disconformidades? ¿o sólo hablan por detrás?
Romanos 13:1-7
Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan; porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por Dios son constituidas… Porque los gobernantes no son motivo de temor para los de buena conducta, sino para el que hace el mal.
sobre esto nos explayaremos en otro momento.
Otro gran aprendizaje que recibí de una persona muy sabia y hábil en sus tareas, es lo que yo llamo la dirección del problema o de la solución.
La propuesta es la siguiente:
Sí hay un problema con una persona que está bajo tu autoridad, debes buscar la forma de hablar con él y solucionarlo para que no afecte a otros.
Si hay un problema con alguien que está en tu mismo nivel de mando o superior, debes hablar con él, si no acepta tu consejo, no debes ir a quienes están debajo, porque no harías más que daño, tampoco a quien comparta el mismo nivel de autoridad, pues no tiene soluciones, sino ve a quien es autoridad sobre él y plantéale tu inquietud por ayudarlo, y -lo más importante- no compartas con nadie más lo sucedido, ya no es tu problema; seguramente, quien sea autoridad por sobre él, tendrá herramientas para guiarlo y acompañarlo en la búsqueda de una solución, y si crees que no es así, al menos hiciste lo correcto para evitar que el problema afecte a otros. Y agrego, nunca te olvides de orar por él, las manos de Dios son el mejor lugar para que se solucionen los problemas.
En otras palabras: los problemas se solucionan o empeoran según el sentido en el que viaje la comunicación:
Hay soluciones mirando para arriba, el problema se esparce y profundiza mirando hacia abajo o hacia los costados.
Jesús no tiene pelos en la lengua cuando sentencia:
Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano.
En el ámbito de la comunicación es muy común citar la parábola de los 3 filtros, del filósofo Sócrates, que cuenta que:
Un discípulo llegó muy agitado a la casa de Sócrates y empezó a hablar de esta manera:
– “¡Maestro! Quiero contarte cómo un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia…”
Sócrates lo interrumpió diciendo: -“¡Espera! ¿Ya hiciste pasar a través de los Tres Filtros lo que me vas a decir?
-“¿Los Tres Filtros…?”
-“Sí” – replicó Sócrates. El primer filtro es la VERDAD. –“¿Ya examinaste cuidadosamente si lo que me quieres decir es verdadero en todos sus puntos?”
-“No… lo oí decir a unos vecinos…”
-“Pero al menos lo habrás hecho pasar por el segundo Filtro, que es la BONDAD: ¿Lo que me quieres decir es por lo menos bueno?”
-“No, en realidad no… al contrario…”
-“¡Ah!” – interrumpió Sócrates.- “Entonces vamos a la último Filtro. ¿Es NECESARIO que me cuentes eso?”
– “Para ser sincero, no…. Necesario no es.”
– “Entonces -sonrió el sabio- Si no es verdadero, ni bueno, ni necesario… sepultémoslo en el olvido…”
y se suele concluir con la frase:
¿Tienes
algo que decir a otra persona?… Recuerda pasarlo por la VERDAD, la
BONDAD y la NECESIDAD antes de decirlo.
Sócrates habrá sido muy sabio en su tiempo, pero a mi parecer era mucho más sabio mi papá, que cuando alguien venia a hablar de algo que hizo o dijo otro, le decía sin dudar:
Vamos a llamarlo, reunámonos con él hoy mismo, y delante de suyo decime lo que me querías decir.
Si esta persona cometió un error o lastimó a alguien, no podemos dejarlo pasar. Vamos a ayudarlo a que comprenda lo que hizo y pueda remedarlo. Si realmente te preocupa que esta persona haya actuado mal, no dejemos que esto siga sucediendo.
Los problemas seguirán siendo problemas mientras no busquemos la solución.
Habrá sido excepcional si alguna vez alguien accedió a esta propuesta. Por supuesto que todos alegaban no ser considerados traicioneros a sus amigos, pero ¿si hablas por detrás de ellos, como deberían llamarte?
no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.
Que importante es poder perdonar -tema para hablar largo en otro momento- pero es la única forma de sanar.
Muchos prefieren el problema que la solución, ya que victimizarse es una forma de ponerse en el centro de la escena, justifica sus actos, sus críticas y sus rebeldías. Lo único que logran es esparcir veneno a diestra y siniestra.
CONCLUSIONES
Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
En otras palabras,
hazte fama….
¿Tendrás fama de chismoso o de quien tiene siempre una palabra de bendición a los que los rodean?
Otra de las Máximas de mi papá era:
Si bendice lo que vas a hacer o decir lo quiero, si no bendice no me interesa.
Es increíble ver como pasan los años y absolutamente todas las personas que toman la actitud de crítica, pasan por todos estos estados:
1 – criticar, 2 – victimizarse, 3 – buscar adeptos, 4 – pegar un portazo, 5 – volver a victimizarse, 6 – buscar adeptos nuevamente para que peguen también el portazo, 7 – todo les va mal, 8 – en el mejor de los casos, algunos se toman conciencia -como diría el chavo del 8- “vuelve el perro arrepentido con el rabo entre las piernas…” otros sin embargo prefieren por orgullo terminar mal pero “tener la razón”
No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto.
Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas.
El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.
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